No era la manera, pero sentí que era necesario, me encontraba realizando un interrogatorio maldito de preguntas y repreguntas sin fin, con un fin. Con un fin? Si, el mío.
Hombres sudorosos, paredes cerradas, automóviles, gemidos, penetraciones. Imágenes que se agolpaban en mi mente, resonaban a cada momento con estrépitos, generándome palpitaciones, sensación de adrenalina y el pecho partido.
La naturaleza arrolladora, esa de los instintos, la incontrolable y pasional. Me movilizaba, los sentimientos fríos, tal vez como mismo acto de defensa.
Un momento. Basta. No sos vos. No es con vos. Es un acto de violencia morboso contra mí. Si no hubieras tenido sexo con nadie. La pregunta seria… ¿y lo hubieras besado?
Mi lado más irracional, absurdo, la mente y mi cuerpo enfrentados, en una pelea violenta. La mente, mi pensamiento, mío. No puedo pensar dos cosas en simultáneo. O si? No.
Y cuando de pronto, lo presiento, que está por volver ese cuestionario oscuro y retrospectivo. Alto, que lindo día para salir a dar un paseo… se me hace tarde para el trabajo?... Alcánzame el control para ver que hay en la televisión… Unos mates no estarían nada mal.
Emmanuel Perèt
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